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domingo, 1 de febrero de 2009

Hacer Parroquia!

Hola Amigos!

Este blog, pretende ser un nuevo medio de comunicación de la Parroquia. Aquí podremos colgar la hoja parroquial, las novedades y actividades que vayan surgiendo en la UPAP de Parres.

Esperamos que podáis encontrarle utilidad.

1 comentario:

Francisco Alonso dijo...

Llevo cinco años viviendo en Arriondas; vengo de Madrid; me crié en Carbes, un pueblín del Concejo de Amieva. Soy socio del Arenas del Sella y de La Peruyal.

Soy católico en el seno de una familia católica. Uno de mis abuelos era Coronel de Franco; el otro, Maestro Nacional, sufrió la cárcel franquista y la represalia de quitarle su puesto de trabajo. Jamás los vi disputar, los dos eran cristianos y amigos; y, por eso, ya casi no entiendo la Guerra Civil porque, de algún modo, en mi familia se cerró al nacer yo.

Me bautizaron en la iglesia de San Julián de los Prados (Santullano), de Oviedo; a los pocos días me trajeron al pueblo, en donde pasé mi niñez. Recibí la Primera Comunión de manos de D. José María Poo, un venerable sacerdote ya fallecido... su "lema pastoral", muy bien entendido por los vecinos era: "Pa con Dios la mano en carru... y la otra en l´estandoriu".

Recibí la Confirmación en la misma parroquia y me la administró el, a la sazón, Arzobispo de Oviedo y luego Cardenal, Vicente Enrique y Tarancón. Llegó en un Dauphine, conducio por él mismo, a la hora en punto en que había anunciado su visita.

Estudié en los dominicos de Oviedo, en los célebres tiempos del P. Valdés O.P., cuando nuestro colegio era uno de los equipos que sonaban en el hockey sobre patines a nivel nacional. Allí conocí y compartí clase con algunos personajes de la vida pública asturiana y nacional.

Estudié Medicina en Oviedo; durante mi juventud tuve una crisis de fe que también incluyó devaneos con las drogas. Fue muy duro. Varios años después, recuperé la fe, acabé la carrera y ejercí la medicina en Madrid en donde tuve ocasión de atender a una comunidad (barrio de Los Focos), muy pobre y con muchos problemas de toxicomanía. En aquella época los toxicómanos eran vistos como algo indigno, incluso de los cuidados médicos.

También trabajé en Telefónica, en donde estuve a cargo de organizar muchísimas reuniones internacionales y, posteriormente de temas relacionados con la calidad y el medioambiente. Actualmente estoy desvinculado de la empresa, en el seno de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE).

Tuve la suerte de formar parte del equipo que organizó la visita de Juan Pablo II a Asturias y guardo un recuerdo imborrable de ella, incluidas anécdotas curiosas. Era el encargado de llevar a los obispos españoles de acá para allá.

Mi director espiritual fue, desde que tenía 17 años, D. Baldomero Jiménez Duque, un sacerdote abulense, bien conocido en la iglesia española, gran estudioso de Santa Teresa y San Juan de la +, autor de muchísimos libros y artículos. Murió en olor de santidad en Ávila hace unos dos años.

Mis aficiones son la lectura, la fotografía, los paseos por el monte, el golf, las charlas con los amigos, el cine y la natación.

Espiritualment me siento muy cerca de mi santo patrono S. Francisco de Asís, de Sta. Teresa y S. Juan de la +, de Edith Stein, de la madre Teresa y de todos los santos que han tenido un carisma especial con los jóvenes.

Me gusta mucho la teología, estudio algo de bioética (soy amigo de la Acadmia Pontificia Pro Vita. Mi lectura espiritual favorita son las vidad de santos que siempre encuentro actuales y próximos. Creo fervientemente en la Comunión de los santos y la nota viva, envolviéndome con su gracia.

En la parroquia de San Martín de Arriondas pertenezco al Grupo Sinodal, a Cáritas y participo en las reuniones de los grupos de Liturgia y San Pablo.

El lema de mi vida cristiana es "Amar comprendiendo. Comprender amando". La oración que todas las noches se rezaba en mi casa, cuando ya estábamos en la cama, dirigida por mi abuelo el maestro es:

Virgen, santa singular,
El rosario en ti florece
Y a tu hijo se le ofrece
Que nos quiera perdonar.

Que nos de buen galardón:
la gloria, cuando muriese.

En el monte murió Cristo,
Dios y hombre verdadero.
No murió por sus pecados,
Que murió por los ajenos

Y en la cruz está clavado
Con duros clavo de hierro.

Padre mío de mi alma,
Divino y manso cordero
Yo soy aquel pecador
Que tan ofendido os tengo

Que hasta la tierra en que piso
Padre mío, no merezco.