foto 1: Teja grabada en 1223 |
Doce siglos son muchos para un monumento, pero ahí
sigue el Monasterio de San Pedro de Villanueva, hoy remozado y rehabilitado
como Parador Nacional.
Tal vez este nuevo destino haya evitado una muerte
casi segura, salvándolo del imparable deterioro que venía padeciendo desde casi
dos siglos atrás.
El monasterio aun sin claustro |
Vio otras dos grandes reformas en su historia; una a
comienzos del siglo XIII, y la otra
en el último cuarto del siglo XVII.
En las
cubiertas a dos aguas de un edificio los cerramientos del mismo -hacia los que
no vierte el agua- acaban en una forma triangular que recibe el nombre de
hastial o piñón. Hace tan solo 43 años, al desmontar un piñón y el muro toral
de la iglesia del monasterio -agrietado por varias partes- se advirtió que un
largo sillar hacía de tapón y simulaba una pared y, al retirar las tejas,
apareció una que -a modo de breve testamento y sobre su parte convexa, nos legó
los datos que hace casi ochocientos años un cuidadoso monje grabó en su blanda
arcilla.
¿No parece increíble que haya resistido tantos
siglos sin haberse deteriorado?
Todo
indica que era una costumbre de la época ese sencillo ritual de información, de
cara a un futuro desconocido. En la capilla de San Bartolomé, en Las Rozas,
también apareció una similar.
Escudos de España y la orden benedictina. |
Sobre la
teja de Villanueva se grabó exactamente la siguiente inscripción: “Era MCCLXI
Abbas RodericuscomsumavitEclesias Santi Petri. MonacusMartinusscripsittella”.
Su traducción es: “El año 1261 el Abad Rodrigo terminó las iglesias de San
Pedro. El monje Martín escribió la teja”. Una rúbrica y una especie de extraño
sello cierran los datos. Véase la foto n.º1.
Debo aclarar que ese año corresponde a la Era
Hispánica que regía entonces, y que hoy-para adaptarlo a nuestra vigente Era
Cristiana- debemos restarle 38 años, siendo, realmente, el año 1223.
En la teja se alude a la terminación de iglesias
dedicadas a San Pedro -en plural- lo que hace pensar en otras más, como la de
San Pedro de Bode que pertenecía a su influencia. Por esa época Jovellanos escribió en sus “Diarios” que vio
en el Monasterio de Celorio una lápida con la inscripción “Abad Rodrigo”, de
1212. Pudiera ser que el abad de Villanueva lo fuese también de varios otros
monasterios.
El monasterio en el siglo XIX |
De la reforma del siglo XVII no quedó constancia en
una teja -al menos que se sepa-, sino en uno de los sillares de piedra de la
entrada principal del monasterio, entre los dos escudos -a la izquierda, según
mira el espectador, está el escudo real de España y, a su derecha, el de la
Orden Benedictina-; pues sobre los leones del centro es donde aparece el año
1687. Esta fecha y la de la teja son culminantes, o sea que dan constancia del
final de la obra. Casi toda la piedra la extraían de la cantera de Las Rozas,
puesto que más de una vez se encuentran notas de este tipo: “…aian de hacer los
dichos maestros la cal necesaria, y sacar la piedra por su cuenta en calidad
suficiente que se halla en el término de Las Rozas, que llaman el peio del
agua”.
Sin embargo, sobre los mencionados escudos de los
leones, existe una nota que dice: “Pagué 17 reales por el porte de unas piedras
de grano que traxeron de Corao para los escudos y los cuatro leones, y el San
Pedro de la portería, y tres sobrepuertas para balcones”. Y-en otro documento-:
“Pagué a Pedro Pumarexo 301 reales por los esquinales, impostas y cornisas que
labró para la torre…ítem pagué almismo 345 reales y quartillo, y de ellos los
255 fueron por los cuatro leones y armas de la religión y el San Pedro que
están en la portería, y los 95 y quartillo restantes…en desfardar y asentar los
escudos y leones, limpiar el escudo viexo…”
Como dejó
escrito don José Tomás Díaz-Caneja-cura que estudió a fondo la documentación
existente sobre este monasterio y en el que nos basamos para este artículo-, en
Villanueva hubo dos importantes y beneficiosas reformas, una a principios del
siglo XIII que trajo el buen románico de la iglesia, y la otra al final del
siglo XVII.
Absides románicos. |
Francisco José Rozada Martínez.
Cronista oficial de Parres
Extraido de El Comercio (Ed. Oriente) del 3-3-2013
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