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lunes, 11 de febrero de 2013

Carnaval.


Máscara del carnaval de Venecia.
 

El martes de carnaval es el día más festejado de aquéllos en los que se evocan éstas antiquísimas fiestas. Su celebración varía de año en año, pues tiene que preceder al llamado miércoles de ceniza, jornada que abre el ciclo cuaresmal de los 40 días que preceden al Domingo de Ramos – que este año 2013 será el 24 de marzo-, fiesta movible de acuerdo con la primera luna llena de la primavera que rige el día de la Pascua de Resurrección, siete días después.

Bien es cierto que en algunas poblaciones las fiestas de carnaval se celebran desde hace años sin atenerse matemáticamente a estas fechas preestablecidas, dado que vemos su convocatoria hasta un mes después de los días que les corresponden; la razón es que los carnavales de las diversas localidades no coincidan en una misma jornada.

El origen de los carnavales o carnestolendas echa sus raíces en la Edad Media, muy rígida en cuestiones de ayunos, penitencias y cumplimientos religiosos. Puesto que se imponían 40 días de inflexible religiosidad y de prohibición absoluta de comer carne, el pueblo decidió apurar los días previos para fiestas y regocijos varios. Del latín medieval “carnelevale” que significaba “quitar la carne”, surgió el nombre dado a estos días. Es, sin duda, la fiesta pagana que más pueblos celebran a lo largo de todo el mundo. La intransigencia religiosa y política siempre se llevó mal con el carnaval e hizo cuanto estaba de su mano para prohibirlo, silenciarlo, amedrentarlo o aminorar su influencia. El aparente desorden social reinante en estas fechas siempre fue temido por las autoridades.

¿No es curioso que el martes de carnaval se “entierre” una sardina simbólica en vez de una gallina, por ejemplo? Venía ésta a ser una especie de pública protesta cuya finalidad era subvertir el orden que debía regir a partir de esa fecha, puesto que durante los 40 días siguientes el pescado pasaba a ser el rey obligatorio en la mesa. En tiempos pretéritos estaban prohibidos hasta los lácteos -un rigor extremo-, y el ayuno y abstinencia regían diariamente hasta que se ponía el sol, pues -a partir de ese momento-, se permitía una comida suave  llamada “colación”. Pero ¿por qué se prohibían también los lácteos? Veamos qué le escribió San Gregorio a San Agustín de Cantorbery: “Nos abstenemos de carne y de todo aquello que viene de la carne, como la leche y los huevos”; de forma que los derivados como el queso y la mantequilla entraban también en la prohibición. A veces a cambio de un estipendio económico para una obra eclesial o de caridad se permitía tomar alguno de esos alimentos. Así no es de extrañar que hasta una de las torres de la impresionante catedral francesa de Rouen sea conocida como “Torre de la Mantequilla”. Y de ahí, las conocidas fiestas de los huevos de Pascua, como las de los “Huevos Pintos” en Pola de Siero y Sama, originadas en la acumulación domiciliaria de huevos durante la cuaresma.

Nuestros antepasados estuvieron obligados a guardar abstinencia todos los viernes del año, así como ayuno en la víspera de muchas otras festividades a lo largo del mismo, ¿o no sigue siendo costumbre comer besugo el día de Nochebuena? La víspera de Navidad no se podía comer carne. Algunos recordarán que la Iglesia distribuía entre sus fieles un documento al que llamaban “Bula de la Santa Cruzada”, una especie de indulto que liberaba a quien la adquiría de algunas de las 52 jornadas sólo de abstinencia y otras 24 más que  también lo eran de ayuno a lo largo del  año, además  permitía comer huevos, leche y sus derivados; a cambio se pagaba un estipendio que iba entre una y diez pesetas-. Por supuesto que había dispensas para niños, ancianos y enfermos. Este tema de las bulas daría para un muy largo comentario pues –incluso- hasta había bulas para difuntos, las cuales otorgaban indulgencias para personas fallecidas. Así fue hasta hace menos de 50 años. La sociedad va evolucionando y las mentes tridentinas e inquisitoriales han sido barridas hasta casi de la memoria colectiva.


Fran Rozada.
Cronista oficial de Parres

Tomado de su artículo "febrero" en www.arriondas.com

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