Tras
los festejos y celebraciones de carnaval-, llega el llamado Miércoles
de Ceniza. Se inicia la cuaresma que precede a la Semana Santa. Desde
los primeros tiempos de la Iglesia era costumbre implorar el perdón de
los pecados cubriendo la cabeza con cenizas y vistiendo un rudimentario
ropaje hecho de saco o tela muy pobre.
En
esta jornada los fieles acuden al templo para que les sea impuesta en
su frente una pequeña señal de la cruz, hecha con ceniza. La ceniza se
habrá recogido tras quemar algunos ramos o palmas procedentes del
Domingo de Ramos del año anterior. Durante siglos en este rito de la
imposición de la ceniza el celebrante pronunciaba las admonitorias
palabras del Génesis: “Memento, homo, quia pulvis es, et in púlverem
revertéris” (“Recuerda, hombre, que eres polvo y en polvo te has de
volver”), signo y memoria de que todo humano tendrá un mismo final, sea
pobre o rico, humilde o poderoso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario