Día 2. La Purificación de santa María o día de la Candelaria.
Cada
2 de febrero los romanos iluminaban las calles de la ciudad con
antorchas en honor a la madre de Marte -dios de la guerra- con el fin
de que éste se conmoviese y les concediese la victoria sobre los
enemigos del imperio.
La
Iglesia Católica situó en esta fecha la memoria de la Presentación de
Jesús en el templo a los 40 días de su nacimiento. Sus padres acudieron
con un par de tórtolas o dos pichones, según ordenaba la ley de Moisés a
toda madre para ser purificada tras el parto. La joven madre de Jesús
también se sujetó a ésta humilde práctica. El anciano Simeón -que los
recibió en el templo- entonó un canto a Cristo como “Luz para alumbrar a
las naciones”, asociando así la conmemoración con cirios, velas y
candelas.
Día 3. San Blas.
San Blas de Zurbarán. |
Como
la leyenda le atribuye la curación de un joven que estaba a punto de
morir atragantado con la espina de un pez, es por lo que se le considera
abogado de los males de garganta.
Día 5. Santa Águeda.
Sta. Águeda por Zurbarán. |
Es una de las cuatro vírgenes mártires veneradas por la iglesia romana, junto con Inés, Cecilia y Lucía.
Santa
Águeda (o Ágata) es muy celebrada en poblaciones de Castilla y León,
donde a las mujeres se les entrega el bastón de mando de los
ayuntamientos y -de manera simbólica- se les da el privilegio de mandar
un día al año.
En
algunas villas del País Vasco esta celebración iba asociada a la fiesta
de los quintos que se debían incorporar al servicio militar ese año. Se
realizaba un sorteo entre los jóvenes de 18 años válidos para el
servicio y se elegía a uno de cada cinco, de ahí lo de “quinto”, aunque
esto no ocurrió hasta que perdieron sus fueros en 1876. Aquéllos que
obtenían los números más bajos en el sorteo debían cumplir el servicio
en África o Canarias. La obligatoriedad del servicio militar en España
se originó en el siglo XV bajo el reinado de Juan II. Con el tiempo hubo
hasta una “redención en metálico”, de modo que abonando cierta cantidad
de dinero podía el soldado librarse del servicio o estar muy pocas
semanas en el mismo. Así, las familias pudientes liberaban a sus
vástagos de esta obligación, o pagaban a otro joven para que hiciese
dicho servicio mediante permuta, norma vigente hasta 1912. El servicio
militar obligatorio fue abolido en España el 31 de diciembre de 2001.
Fran Rozada.
Cronista oficial de Parres.
Tomado de su artículo Febrero en www.arriondas.com
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